A todos aquellos interesados en el embarazo, parto, puerperio, lactancia materna y crianza. Hago mia la frase de "abrázame y quiéreme cuando no me lo merezca, pues será cuando más lo necesite"

Si un libro empieza así "No llores más", me gusta. Pero si continua con su primer capítulo titulado "El bebé no es mi enemigo", me termina con sólo empezar, de convencer :)))

A todas nos ha pasado que al principio de nuestra maternidad nos han dicho todo aquello de; "no lo cogas los vas a malcriar, es una lucha a ver quién puede más, empieza la dictadura infantil, es una puñetera....."
Pero por fin se empiezan a escuchar voces que claman por explicar a las mamás que el bebé no es el enemigo, que no pide nada que no necesite y que hay que escucharle y atender su llanto.
Este libro de Sheila Kitzinger con prologo de Bernabé Tierno, nos da otros puntos de vista para entender y atender el llanto del bebé y sentirnos como mamás un poquito mejor, al desmitificar la maternidad.

"Otra diferencia importante entre las sociedades industrializadas y las tradicionales es que la independencia que los adultos tienen que demostrar en nuestra cultura también se la imponen a los niños desde temprana edad, incluso desde que son bebés. Si una mujer alimenta al bebé cada vez que este quiere mamar, si el bebé duerme en la cama con ella o si continúa dándole el pecho pasados nueve meses, la pueden criticar por "hacer lo que el bebé quiere" y le advierten que está criando cuervos. Le dicen que nunca a poder sacar al bebé de la cama, que el niño va a crecer "pegado y miedoso", y que, en caso de ser varón, estará "colgado de las faldas de su madre", lo que implica que será afeminado e incapaz de tener relaciones heterosexuales. En nuestra cultura se insiste mucho en inculcar la independencia en nuestros hijos. Se considera una responsabilidad moral.Dormir toda la noche, comer sólidos. aprender a ir al baño, no son solo cosas para comodidad de los padres, sino indicaciones de este desarrollo hacia la independencia social; es un mojón en el camino.
Es exactamente lo opuesto a la relación entre la madre campesina y su hijo, al que acomoda dentro del chal o del poncho, o lo ata pegado a su piel. Quizás no deberíamos sorprendernos cuando los bebés protestan porque se los separa a la fuerza del olor tranquilizador, de la firmeza, de la suavidad y de la seguridad del cuerpo de su madre, del sonido de su voz y del ritmo del latido del corazón materno.
Las mujeres también se pierden algo en nuestra cultura...."

Un regalo perfecto a la mamá embarazada, para saber que existen más cosas fuera de "matrix"...luego cada uno es libre. Libro del mes.

2 comentarios:

Ayer Laura parecía que tenía sueño pero le costaba dormirse y la deje un poco sola y empezo a llorar, yo estaba con David y le pregunte: "¿Dejamos a Laura llorar?" me miró raro y dijo:"NO" y le pregunte:"porque?" y dijo: "Porque no". Fuimos a por ella a la habitación y dijo David: "Hay que dejarla contenta"
Alguién sabe cuando perdemos ese sentido común.

Jo...tu hijo es una bomba, Mayte...
Tienes que recopilar poco a poco todas sus anecdotas y todo su sentido común.
Si quieres haz una prueba, igual lo has hecho ya, preguntale a David si recuerda quién o que ha sido el en otra vida...yo a veces me he tenido que sentar al escuchar respuestas...es sólo una pregunta "juego" pero hay quién dice que los niños son capaces de recordar que han sido en otras vidas (para quién crea en la reencarnación), luego se pierde y no se recuerda a medida que se van haciendo mayores :)))))))))
Es sólo anecdotico...pero ¿qui lo sá? como dicen los italianos....;)

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