A todos aquellos interesados en el embarazo, parto, puerperio, lactancia materna y crianza. Hago mia la frase de "abrázame y quiéreme cuando no me lo merezca, pues será cuando más lo necesite"


Bueno al hilo de las actividades realizadas por la “peke” en el cole en este trimestre, su madre comenzó a leerse “El tacto, la importancia de la piel en las relaciones humanas” de Ashely Montagu.

En principio puede parecer un “mattone” como se dice en italiano, un libro de 541pgs pero luego es algo delicioso.
Algunos de sus pasajes son un poco repetitivos para explicar y hacer llegar la importancia del tacto, del tocar, de la no separación madre-hijo, de la ternura de la infancia, de las relaciones sexuales posteriormente, para llegar como colofón final a la madurez. A la de la propia de la piel y a la madurez como proceso social al que todos que vamos avocados.

También me ha sorprendido encontrarme con estudios del Dr. William J.Piper que compararon a 188 pares de niños nacidos por cesárea o parto natural emparejados según la edad, el sexo, el grupo étnico, la posición ordinal y la categoría laboral paterna, realizando comparaciones en 76 variables para llegar a la conclusión de que en la mayoría de ellas, ambos grupos de niños fueron similares, pero en un pequeño grupo se encontraron diferencias significativas. Los varones nacidos por cesárea y todos los nacimientos por cesárea de 8 o más años de edad tenían más probabilidades de sufrir un trastorno en el lenguaje en el momento del examen diagnostico y tener una madre considerada de comportamiento inconsecuente en la relación madre-hijo.
Con muchas más repercusiones y diferencias en el estudio entre los nacidos por parto natural y el nacimiento por cesárea, importantes y a tener en cuenta.

Me he deleitado con todas las descripciones y estudios que demuestran la importancia del tacto en la infancia. Y sus valoraciones negativas cuando no ha existido dicho estimulo.
También describe algunas diferencias en el “porteo” de los bebes, analizando diferentes culturas que siempre es muy interesante de saber.
Propugna el nacimiento natural, la no separación madre-bebé, la lactancia materna y el cuidado y el mimo a lo largo de toda nuestra vida.
Para llegar a describir la edad “madura” de la siguiente forma;

“Los jóvenes ven a los ancianos como jubilados y con una privilegiada falta de respeto, como a punto de irse; los ancianos suelen aceptar ese veredicto. Sin embargo, la edad es un privilegio especial que, con su su sabiduría y experiencia acumuladas, es muy superior al estado de irresolución del que los jóvenes tardan años en salir: para entonces, si lo consiguen, serán ancianos y habrán llegado a buen puerto”.

Su apéndice final, el nº 2, sobre una demostración canina de perra que pare a sus cachorros es sensacional e ilustrativo, para mí, de lo poco que observamos a la madre naturaleza y sus repercusiones sobre nosotros.

Me encantaría citar textualmente muchos más párrafos importantes pero es preferible poder leerse este libro. Eso sí, con calma, sin prisa como debería ser todo en esta vida. Permaneciendo más en el estar ahora y disfrutando de ello.
Pero no me resisto a plasmar un ultimo párrafo del mismo relacionado con la gente que trabaja con ancianos y su relación con lo poco que se les toca y se les mima. Es un poema de una mujer de 90 años, más bien una petición que encontraron las trabajadoras del centro donde estaba, en su taquilla después de su fallecimiento, la llamaban la "vieja huraña";

El cuerpo se desmorona. La gracia y el vigor desaparecen. Hay ahora una piedra donde antaño tuve corazón. Pero en el interior de este cuerpo sigue habitando una niña. Y, de vez en cuando, mi maltrecho corazón se inflama. Recuerdo el dolor y también los placeres. Y vuelvo a vivir y a amar todo otra vez. Y pienso en los años, demasiado pocos, demasiado rápidos, Y acepto el mero hecho de que nada perdura. Abrid, pues, vuestros ojos, enfermeras y abridlos y mirad No a una vieja huraña. Mirad más de cerca. Para verme.

Mimad, tocad, a vuestros peques, pues crecen tan rápido...
Pero también no os canséis de mimad, estrechad y acariciar vuestros mayores, pues cuando volváis a tratar de tocarlos, ya se habrán ido...

Editorial; Paidós
Autor; Ashley Montagu
ISBN; 84-493-1647-2
Biblioteca de La Rioja; No se encuentra



Hemos estado unos días fuera antes de las propias vacaciones de Semana Santa y nos ha venido a todos genial.
Este trimestre es excesivamente largo para niños tan pequeños y al final del mismo están bastante cansados.
Pero una de las iniciativas que han llevado a cabo en dicho trimestre en el cole ha sido el proyecto del TACTO. Tocar, periodo sensitivo que se acerca un poco al periodo sensitivo de María Montessori y tooodoooooo lo que pedagógicamente se puede puede hacer con él para niños de estas edades. Bueno, no vamos tal mal.
Han estado tocando, diferenciando, metiendo la mano y adivinando que es lo que sacaban, dibujando sus manos,etc.

Y en estás vacaciones lo que menos se podía imaginar la “peke” era que iba a poder tocar un delfín, ni más ni menos...yo que me muero por estar cerca de uno y va y resulta que vamos a un parque de esos temáticos y tenían acuario con exhibición. Y al inicio del “show” (pobres delfines), te podías hacer una foto con ellos.
Reticente con mi proposición (¡yo como loca!) aceptó ir con su padre que confió en ella y la dejo sola desde debajo de la escalera para que ascendiese ella, se desinfectase las manos, metiera los pies en la piscina y se hiciese la foto.
El resto del personal posaba y se iba...esta no, tenía que hacer prácticas del taller del TACTO realizado este trimestre en el cole, lo toco...poso...pero siguió tocándolo...¡¡¡que sobe le dio la tía!!!
Al bajar la escalera, yo como una posesa le pregunte; “Jo, ¿como es al tocarlo?”
“Suave”, respondio.
Pues como va a ser...suave como un delfín, mamá....

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